Uno de los hábitos cotidianos que puede agravar el insomnio es el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de acostarse, especialmente aquellos que emiten luz azul, como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras portátiles.
La luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño. Al exponerse a la luz azul en momentos cercanos a la hora de dormir, se puede alterar el ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo que regula los ciclos de sueño y vigilia.
Además de la interferencia en la producción de melatonina, el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse también puede estimular la mente y aumentar la actividad cerebral, lo que dificulta la relajación y conciliación del sueño.
Se recomienda limitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse, y en su lugar, optar por actividades relajantes como la lectura, tomar un baño caliente o practicar técnicas de relajación, que pueden ayudar a preparar el cuerpo y la mente para un sueño reparador.
Es importante tener en cuenta que el insomnio puede tener múltiples causas y factores, y el hábito mencionado anteriormente es solo uno de los posibles desencadenantes. Si se experimenta insomnio de manera persistente, es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento necesario.