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“Empezamos a estar de nuevo en el mapa productivo”: la mirada del sector pesquero sobre la nueva zona franca en Trelew

El reciente anuncio de la habilitación de una sub zona franca en Trelew ha generado expectativas en diversos sectores económicos de Chubut, especialmente en la industria pesquera. Para Agustín de la Fuente, presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), la medida representa un paso importante hacia la reactivación productiva y la generación de empleo, aunque advierte: “Esto no es de un día para el otro, hay que trabajarlo todos los días”.

Una oportunidad para pensar en desarrollo real

Durante una entrevista radial, De la Fuente celebró la concreción del proyecto como una herramienta clave no sólo para el sector pesquero, sino para cualquier tipo de inversión. “Estas herramientas generan condiciones propicias para invertir, para desarrollar y dar trabajo en las localidades”, expresó.

El dirigente destacó que este tipo de medidas invita a las ciudades y provincias a repensar cuáles son las condiciones necesarias para ser competitivas en un mercado global que no da tregua. En ese sentido, consideró que la zona franca puede reconfigurar las condiciones para agregar valor local, un desafío que hoy se ve limitado por los altos costos logísticos y operativos.

“Cuando te dicen ‘generá valor agregado’, uno responde: ‘sí, pero los costos no me dan’. Entonces tenemos que hacer reprocesos en otros países como Perú, Vietnam o China”, explicó.

Inversiones y competitividad: una carta de presentación para el Valle

Consultado sobre el impacto concreto que puede tener la zona franca, De la Fuente afirmó que es un punto de partida. “Todo inversor analiza qué condiciones le ofrece un lugar. Hoy, Trelew tiene una carta de presentación atractiva que hay que saber vender”.

Aun así, recordó experiencias anteriores como la zona franca de Comodoro Rivadavia, que no logró desarrollarse plenamente, y advirtió sobre los riesgos de que los anuncios queden en meras resoluciones formales. “No alcanza con una resolución de AFIP o de la Dirección de Aduanas. Hay que salir a gestionar, a traccionar, a trabajar en conjunto entre el sector público y privado”, remarcó.

En la misma línea, recordó que la zona franca de Río Gallegos tardó más de 15 años en ponerse en marcha. Por eso, insistió en que este tipo de políticas requieren planificación, incentivos y continuidad en el tiempo.

La experiencia de Comodoro: un espejo para no repetir errores

De la Fuente fue claro al señalar que la experiencia de Comodoro Rivadavia sirve como referencia: “En su momento, esa zona franca sirvió para importar maquinaria cuando la matriz energética lo necesitaba. Pero hoy, con un nuevo contexto, debemos evitar que una herramienta tan poderosa quede subutilizada”.

Según explicó, la clave estará en adaptar esta zona franca a las necesidades actuales de la matriz productiva del Valle, generando condiciones para que las empresas puedan invertir, generar empleo y exportar con mayor competitividad.

El desafío: sostener el impulso

El titular de la CAPIP cerró su análisis con una mirada pragmática: “El anuncio es un gran inicio. Ahora hay que trabajar todos los días. La zona franca tiene potencial, pero dependerá de cómo la instrumentemos, de cómo la vendamos y de cuán proactivos seamos desde el sector público y el privado”.

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