El presidente de la Cámara Industrial de Puerto Madryn y la Región Patagónica (CIMA), Óscar Dethier, expresó su profunda preocupación por el impacto de las recientes decisiones económicas del Gobierno nacional, particularmente la suba de tasas de interés, y advirtió sobre la falta de políticas concretas para el desarrollo de la producción y el empleo, especialmente en el sector PYME.
“Entendemos que es importante estabilizar las cuentas y combatir la inflación, pero hace falta un capítulo que contemple a la producción y el empleo. Esto no está ocurriendo”, señaló Dethier. El dirigente industrial afirmó que la industria —con excepción de sectores puntuales como Vaca Muerta o la minería— atraviesa una fuerte caída de actividad, sin señales de recuperación.
El reclamo de CIMA se enfoca principalmente en el efecto devastador que tienen las altas tasas de interés sobre las pequeñas y medianas empresas: “A quienes están endeudados los pone en una situación irrecuperable, y a quienes quieren sostener su actividad, directamente les impide hacerlo. Esto va en contra del consumo y de la producción”.
Además, el titular de la Cámara cuestionó la falta de diálogo del Gobierno nacional con el sector industrial. “Al eliminar los cargos de secretario PYME y de Industria y Comercio, nos dejaron sin interlocutores. El Estado decía que no iba a intervenir en la economía, pero esta suba de tasas es una forma de intervención violenta para muchas empresas que no tienen salida”.
Consultado sobre el argumento oficial de que estas medidas buscan evitar un regreso del kirchnerismo, Dethier fue contundente: “No podemos gobernar desde el miedo. El kirchnerismo fue un gobierno nefasto y corrupto, pero no se puede seguir echando culpas. Hay que mirar hacia adelante con un plan estratégico. Hoy no hay una estrategia productiva, ni energética, ni industrial”.
En su diagnóstico, Dethier alertó también sobre la pérdida sostenida del tejido empresarial: “En los últimos años pasamos de 600.000 a 500.000 empresas. Solo en este último tiempo se perdieron entre 15.000 y 16.000. Más de la mitad de las PYMES son microempresas. Esto refleja la falta de densidad y también de dirigencia empresarial. No estamos solo perdiendo capital económico, estamos hipotecando el futuro”.
Finalmente, hizo un llamado a todos los sectores políticos: “Los empresarios no somos una figurita para intercambiar en época electoral. Somos parte del motor del país. Si un gobierno no cuida a su capital empresario antes de las elecciones, no veo por qué lo haría después. Necesitamos políticas de Estado, no parches”.