Daniel Silva, Defensor de los Derechos de las Personas Mayores, visitó por segunda vez la sede de la Asociación EDDIM, presidida por Nélida Taira, para dialogar sobre los desafíos y avances en torno a la inclusión, la discapacidad y el envejecimiento en Argentina.
A lo largo de 30 años de trabajo, la institución local ha acompañado a muchas personas que transitaron desde la niñez hasta la adultez, construyendo una comunidad basada en el respeto y la dignidad. Sin embargo, tanto Taira como Silva coincidieron en que aún falta mucho por recorrer: “Hicimos un montón y se está haciendo, pero falta todavía un largo camino para decir que la Argentina es un país inclusivo”, expresó la referente de EDDIM.
La visita de Silva responde a una necesidad urgente: la creación de políticas públicas integrales que articulen las realidades de las personas mayores y aquellas con discapacidad, dos franjas muchas veces invisibilizadas, especialmente cuando se entrecruzan. “Las personas adultas mayores, con el paso del tiempo, desarrollan alguna discapacidad, ya sea visual, motriz u otra. Por eso debemos empezar a pensar esta agenda de forma conjunta”, explicó el defensor.
En esa línea, Silva destacó que el Estado tiene la obligación de estar presente y promover acciones coordinadas entre diferentes áreas del gobierno: salud, cultura, seguridad y desarrollo social, entre otras. “No alcanza con que el director de discapacidad o de adultos mayores trabaje en soledad. Todo el gabinete debe estar involucrado”, aseguró.
Durante su gestión, el defensor ha promovido el fortalecimiento institucional a nivel provincial y municipal. Una de las apuestas más firmes es la actualización de la Ley Provincial I Nº 1193, que protege los derechos de los adultos mayores, con el objetivo de transformarla en una herramienta real y efectiva que mejore su calidad de vida. “Se trata de gobernar con una mirada de largo plazo, más allá de quién esté en el poder”, agregó.
Por su parte, Taira insistió en que la construcción de una verdadera inclusión debe empezar desde antes del nacimiento y abarcar todo el ciclo de vida. “Desde que está en la panza un bebé, hasta que nos morimos nosotros mismos. Hay que pensar en el futuro, sí, pero sin olvidar que solo un buen hoy garantiza un mejor mañana”, subrayó con convicción.
El encuentro no solo funcionó como espacio de reflexión, sino también como punto de partida para una agenda articulada y sostenible, que se proyecta hacia otras localidades de la provincia. Con referentes como Marilyn Rodríguez en Rawson o Mario Alarcón en Esquel, el compromiso es seguir tejiendo redes que acerquen derechos a quienes más los necesitan.
Finalmente, Silva remarcó la importancia de estar en territorio, cerca de la gente, de las asociaciones vecinales, de los centros de jubilados y de las organizaciones que trabajan con discapacidad: “Ellos conocen la realidad mejor que nadie. Si fortalecemos esas instituciones, vamos a poder aliviar muchas situaciones difíciles que hoy enfrentan nuestras personas mayores”.
La presencia activa del Estado, el trabajo interdisciplinario y el reconocimiento de la dignidad de cada persona, sin importar su edad o condición, fueron los pilares de este emotivo y necesario encuentro.