María Victoria Das Neves, politóloga, docente y figura activa en redes sociales, protagonizó una conversación íntima y distendida en JORNADA STREAM, donde entrelazó recuerdos personales, reflexiones sobre la política y anécdotas familiares que revelan su mirada aguda, su identidad chubutense y una personalidad que no esquiva el debate.
Nacida el 26 de febrero de 1985 en Trelew, es hija de Raquel Di Perna y del exgobernador Mario Das Neves, y hermana de Pablo. Su recorrido vital y profesional ha estado atravesado por la política y la comunicación, pero también por una construcción propia que encuentra en Twitter una trinchera y una tribuna: “Me río mucho ahí, pero también me agarro calenturas. Es un espacio donde puedo decir lo que pienso, y a veces se pone picante”, confesó.
Mariví —como la llaman quienes la conocen— recordó con humor sus primeros pasos en la red social: “Arranqué cuando todavía se discutía si tuitear era hacer política. Estaba en lo que se llamaba el peronismo digital. Hoy tenemos un presidente tuitero… mirá cómo cambió todo”.
Aunque lleva en el ADN el compromiso político, María Victoria se define con mesura en otro de sus roles actuales: la docencia. “Le tengo mucho respeto a esa palabra. Estoy incursionando, dicto cursos de comunicación política a distancia, hago los contenidos y doy las clases, pero me lo tomo con mucha seriedad”, dijo, con una mezcla de responsabilidad y entusiasmo.
Raíces, familia y un Faro en Trelew
La historia familiar de Mariví también remite a una travesía de migración y arraigo. Sus abuelos, originarios del Algarve, al sur de Portugal, se conocieron en Buenos Aires y eligieron Trelew para vivir, buscando un clima más seco que ayudara a la salud de su abuela. Allí, su abuelo fundó el “Taller del Faro”, un taller de elásticos que lleva el nombre de su tierra natal, en homenaje al faro que marcaba el paisaje de sus orígenes.
“Soy la única de mi familia que no conoce Portugal”, dijo entre risas. “En un viaje familiar, todos llegaron a conocerlo… menos yo”. Pero sus ganas de explorar no se detienen ahí: en su lista de pendientes están los países nórdicos y un deseo que guarda para más adelante: “Me encantaría ver la aurora boreal. Me fascina esa cultura. Lo tengo anotado para cuando los chicos estén más grandes”.
Madre de Jean y Dante, esposa de Federico Verdeau, reconoce el pilar que ha sido su madre, Raquel, bioquímica de profesión y brújula emocional. “Mi mamá es la columna vertebral de nuestra familia. Es extremadamente justa, inteligente. Te dice lo que no querés escuchar, pero que sabés que es lo correcto”.
La memoria de un padre y un deseo simple
El recuerdo de su padre, Mario Das Neves, fue inevitable. Más allá del dirigente político, María Victoria evocó a un padre presente, compañero, que supo ser firme sin dejar de ser cercano. “Éramos muy compinches, pero siempre dejó claro que era mi papá. Me acompañaba sin invadir”. Su voz se suavizó al hablar de los vínculos que no llegaron a desarrollarse del todo: “Me hubiese encantado verlo disfrutar más a mis hijos. Él decía que el abuelo malcría, que eso era lo lindo”.
Con una mezcla de alivio y tristeza, aseguró: “No me guardé nada. Le dije todo. Cada cosa que tenía para decirle, se la dije. Por eso, aunque duele, no me pesa”.
Entre tanto compromiso, también hay lugar para el humor. Cuando le preguntaron qué superpoder elegiría, no dudó: “Quiero poder comer todo lo que quiero sin engordar. Comer y quedar siempre en mi peso justo. Placer, vicios sin consecuencias”. Una confesión que, como muchas de sus respuestas, muestra la espontaneidad de alguien que no pretende ser perfecta, sino real.