Sergio Martínez, presidente de la vecinal del Barrio San Miguel en Puerto Madryn, se mostró preocupado por el reciente incremento tarifario en el servicio eléctrico, aprobado por el Concejo Deliberante de la ciudad. Este aumento, que oscila entre el 16% y el 22% según la categoría, fue defendido por el concejal oficialista Dardo Petroli, quien argumentó que era necesario para saldar las deudas con CAMESA, la compañía encargada del suministro de electricidad.
Sin embargo, Martínez cuestionó esta justificación, recordando que los usuarios ya vienen pagando el servicio eléctrico, y que las cooperativas de energía son las que no han cumplido con sus obligaciones frente a CAMESA. “Si nosotros hemos estado pagando las facturas, ¿cómo es posible que ahora nos digan que tenemos que empezar a abonar una deuda que supuestamente no existía?”, señaló.
El presidente de la vecinal explicó que la situación es especialmente difícil para los vecinos del Barrio San Miguel, una zona que se caracteriza por su población trabajadora y, en muchos casos, con empleos informales o de bajo salario. “Muchos vecinos ya están recibiendo facturas con incrementos significativos y ahora, con la llegada del invierno, tememos que los aumentos sean aún mayores, dado que muchos recurren a la electricidad para calefaccionarse”, agregó Martínez.
Además, Martínez destacó que el aumento tarifario podría afectar especialmente a los jubilados del barrio, quienes perciben la mínima, y a las familias más vulnerables que ya están lidiando con un contexto económico complicado. “La situación es insostenible, y entendemos que el aumento del 19% es muy difícil de afrontar para muchas familias”, aseguró.
Ante esta preocupación, la vecinal del Barrio San Miguel inició una campaña de recolección de firmas para pedir una revisión del aumento. De acuerdo con Martínez, otras juntas vecinales también se han sumado a esta causa, y esperan una respuesta positiva del intendente de la ciudad.
Los vecinos del barrio exigen que se revisen los costos de la tarifa eléctrica y que se contemple la situación económica actual de las familias, especialmente en un contexto donde los aumentos salariales, en promedio, no superan el 12%. “No es justo que, mientras las paritarias suben un 2% o un 12%, los aumentos en las tarifas sean mucho mayores. Es una disparidad enorme”, concluyó Martínez.