Sandra Villar, presidenta de la Asociación de Guías Profesionales de Turismo del Chubut, celebró la reciente aprobación de la ley que declara a siete especies de la fauna costera patagónica como monumentos naturales, una medida que refuerza el compromiso con la conservación ambiental en la región. Entre las especies destacadas se encuentra el lobo marino de dos pelos, el petrel gigante, el pato vapor cabeza blanca y otras especies menos visibles pero de gran valor ecológico y simbólico.
“Es un paso más, importante, pero no suficiente”, remarcó Villar, señalando que aún existen proyectos extractivos en marcha que podrían afectar seriamente a los ecosistemas costeros. La medida, impulsada por científicos, sectores civiles y organizaciones como Rewilding Argentina, busca crear un marco de protección que garantice la preservación de estas especies no solo para el presente, sino para las generaciones futuras.
Además de su rol como representante institucional, Villar compartió su visión como guía turística: “Una cosa es ver, otra muy distinta es entender lo que se está viendo. Nuestro rol es ayudar a las personas a conocer, interpretar y amar este territorio”. Enfatizó la importancia del acompañamiento profesional en las experiencias turísticas, que permite no solo apreciar el paisaje, sino comprender su valor ecológico y cultural.
Por otro lado, Villar también destacó la reunión reciente de la Asociación de Guías, que convocó a nuevos y antiguos profesionales del sector en un clima de camaradería y diálogo. “El espíritu de solidaridad que heredamos de los pioneros del turismo en Patagonia sigue vivo. Eso nos distingue y nos hermana en una tarea que no solo es laboral, sino profundamente vocacional.”
La declaración de estas especies como monumentos naturales se suma a otras acciones en defensa del patrimonio natural patagónico, en un contexto donde la conciencia ambiental crece de la mano de quienes habitan, aman y trabajan en estas tierras.