Tras la reciente apertura del cepo cambiario, comienzan a verse los primeros movimientos en los precios y el comportamiento de los mercados. En diálogo con este medio, Salvador Femenía, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), compartió su mirada sobre el impacto inicial de la medida y las expectativas a corto y mediano plazo.
Expectativas contenidas y primeras reacciones
“Creo que las expectativas en algún momento fueron un poco desmedidas”, afirmó Femenía. Según explicó, si bien hubo ciertas reacciones por parte de algunos proveedores con aumentos de precios, estas no lograron consolidarse del todo, especialmente en el sector pyme. “La demanda hoy pone un límite, la gente no convalida cualquier precio y eso repercute directamente en el nivel de ventas”, señaló.
¿Aumento de precios o cobertura?
Desde CAME advierten que en los últimos meses —marzo especialmente— se evidenció un movimiento de precios que responde más a una “cobertura anticipada” que a una dinámica inflacionaria sostenida. “Lo que vimos en marzo fue una especie de especulación. Algunos formadores de precios aumentaron por dudas o por ‘memoria argentina’, como solemos decir, en lugar de hacerlo por necesidad real de reposición”, comentó el vocero.
En ese sentido, remarcó que los datos oficiales acompañan esta lectura. “La inflación mayorista fue del 1,6% en febrero y 1,5% en marzo. Pero dentro de esos números, los alimentos marcaron 5,9% en marzo, claramente reflejando esa cobertura”.
La conducta del consumidor, un factor clave
Para Femenía, la reacción del consumidor está marcando una tendencia que limita los aumentos indiscriminados. “Hoy la gente compara, busca y no paga cualquier cosa. Esa conducta obliga a un nuevo comportamiento comercial. No se puede remarcar sin consecuencias”, afirmó.
Esta actitud del consumidor, sumada a una relativa estabilidad en las variables macroeconómicas, podría generar —según proyecta— un leve repunte del consumo a partir de abril o mayo. “Terminó la temporada de vacaciones, arrancó el ciclo lectivo, y eso libera algo de dinero que puede volcarse al consumo”, explicó.
Rentabilidad ajustada, pero con escala
Consultado sobre la posibilidad de quiebres en el sector pyme ante un contexto de precios contenidos, Femenía fue claro: “Una reducción de la rentabilidad puede ser compatible con una mayor escala en el tiempo, siempre que haya estabilidad. El problema es si no se llega a esa escala o si los costos fijos no se pueden cubrir”.
También se refirió a la visión oficial sobre el mercado. “El propio presidente lo dijo: si no se convalidan aumentos, el comerciante que no se adapte quebrará. Es una regla de mercado más dura, pero que apunta a estabilizar la economía”, agregó.
De cara a lo que viene
Sobre el futuro cercano, en especial en un año electoral, Femenía mostró cierta cautela, pero destacó que las expectativas oficiales apuntan a una inflación que podría llegar a las elecciones con un número que “empiece con uno”. “Sería un escenario impensado hace unos meses. Si el proceso de estabilización se sostiene, va a obligar a todos a adaptarse a un nuevo esquema, más exigente pero más previsible”, concluyó.