Hay fechas que quedan grabadas en la memoria de una ciudad, y para Puerto Madryn, el 19 de diciembre de 2003 fue una de ellas. Ese día, Pedro encendió por primera vez la hornalla de su carro cerca de la hélice, sin saber que estaba iniciando la tradición más dulce de la costa. Hoy, al cumplirse exactamente 22 años de aquel comienzo, el puesto sigue más firme que nunca.
Un legado que se mantiene vivo
Aunque Pedro ya no está, su hijo Mario Acosta ha tomado la posta con la misma pasión. El carro es un símbolo de identidad: generaciones de madrynenses han crecido pidiendo su bolsa de pochoclos, sus garrapiñadas o el infaltable chorro de agua caliente para el mate durante las caminatas por la rambla.
Mario Acosta: Entre el servicio, el arte y la aventura
Quienes compran en el puesto conocen a Mario, pero pocos conocen la profundidad de su historia. Antes de ser la cara visible del emprendimiento, Mario fue bombero voluntario, dedicando años a proteger a la comunidad. Esa vocación de servicio hoy se traduce en la calidez con la que recibe a cada vecino.
Fuera del ámbito del comercio, es un hombre de espíritu inquieto y polifacético:
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“El ojo que todo lo ve”: Su apodo como fotógrafo, profesión en la que captura la esencia de la Patagonia.
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Aventurero extremo: Unió en bicicleta Mar del Plata con Madryn y es común verlo realizar travesías a pie hasta Puerto Pirámides.
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Hombre de aire y agua: Apasionado por el buceo en nuestras costas y frecuente piloto de avionetas, sobrevolando el paisaje que tanto ama.
22 años siendo parte de la familia madrynense
Desde aquel diciembre de 2003 hasta hoy, el carro ha sido testigo del crecimiento de la ciudad. Ha visto pasar veranos inolvidables, inviernos de ballenas y tardes de mates interminables. La continuidad de Mario asegura que la mística de Pedro siga presente en cada rincón de la playa.
En este 19 de diciembre, la ciudad celebra no solo un aniversario comercial, sino la perseverancia de una familia que es parte del ADN de Puerto Madryn.
¡Feliz 22° aniversario al carro más conocido de la costa!




