María Soledad Schulze, directora del Observatorio del Sistema Pesquero Argentino, destacó la importancia del taller de trazabilidad que se desarrolla en Puerto Madryn, una iniciativa impulsada por el Círculo de Políticas Ambientales y acompañada por instituciones vinculadas a la investigación y al sector productivo.
Schulze explicó que el Observatorio participa activamente de todas las propuestas que “ofrezcan algún tipo de vinculación para mejorar sistemas, operatorias, datos o instancias de investigación”. En ese sentido, resaltó que uno de los principales desafíos que persisten en Argentina es el limitado acceso a datos públicos, un obstáculo que afecta tanto a investigadores como docentes y organizaciones de análisis.
Datos disponibles, pero poco accesibles
Aunque el sector pesquero cuenta con diversos sistemas de trazabilidad en funcionamiento —y todas las empresas cargan regularmente su información—, Schulze señaló que aún no existe un mecanismo que permita mostrar los datos públicamente sin exponer información sensible o violar confidencialidad comercial.
“Hay una línea muy fina entre la transparencia y la preservación de la identidad de una firma o de un buque. Nuestro trabajo es generar matrices e indicadores que mantengan el anonimato, pero permitan comprender cómo funciona el sistema productivo, desde la captura hasta la llegada de la materia prima a la planta”, explicó.
La especialista remarcó que, pese a que el sistema de trazabilidad funciona correctamente, el verdadero problema es el acceso al dato, tanto para organismos provinciales como para instituciones científicas.
Falta de articulación entre organismos
Schulze identificó un punto central: la falta de articulación entre las distintas administraciones que intervienen en la gestión pesquera y ambiental.
“Las autoridades de aplicación no siempre tienen acceso a la información de los sistemas a los que están autorizadas. Todavía no existe la sinergia necesaria entre organismos y eso debe destrabarse. No es que los datos no se puedan mostrar: falta voluntad y acuerdos”, sostuvo.
Como ejemplo, mencionó el desarrollo que está realizando el Observatorio para la nueva web de la Secretaría de Pesca del Chubut, que debe cumplir con compromisos ambientales como el Acuerdo de Escazú y prácticas vinculadas al acceso a la información.
Diagnósticos incompletos por falta de información básica
La directora del Observatorio remarcó que la falta de datos públicos repercute directamente en la posibilidad de elaborar diagnósticos actualizados y confiables sobre la actividad.
“No tenemos un listado de buques. Es tan básico como eso. Sí tenemos un listado de plantas, pero porque lo hicimos de manera artesanal. Tampoco contamos con un registro completo de plantas de Buenos Aires”, señaló.
Para Schulze, la transparencia en la relación entre buques y capturas es un paso indispensable para fortalecer la imagen del sector pesquero.
“Son datos que favorecerían a las empresas que trabajan bien, que en Chubut son muchas. Hay miedo a mostrarse más, pero la transparencia suma valor y demuestra que no hay nada que ocultar”, agregó.
La trazabilidad como valor agregado
Si bien no se aventuró a comparar con modelos internacionales, Schulze resaltó que la trazabilidad es un requisito central en las certificaciones internacionales, especialmente en productos de alto valor como el langostino patagónico.
“El valor agregado del langostino no está solo en el producto, sino en la transparencia y en la capacidad de trazar todo el proceso productivo. Ese es el desafío y todavía falta que se generen las sinergias necesarias entre los organismos”, concluyó.


