Sara Beatriz Jara, integrante del área de Control de Admisión y Permanencia de Seguridad, destacó el crecimiento del sector tras la pandemia y el fortalecimiento del trabajo formal gracias a la conformación de una cooperativa de controladores.
“Gracias a Dios venimos trabajando muy bien. Ahora más que nunca, con la cooperativa, se organizó mejor la tarea y estamos cubriendo todos los sectores”, señaló Jara.
La referente recordó que la actividad está regulada por la Ley 26.370, que reemplazó la figura del “patovica” por la de controlador de admisión y permanencia, estableciendo la obligación de capacitación y certificación para ejercer el rol. En ese sentido, explicó que también existen ordenanzas municipales que obligan a los locales y organizadores de eventos a contratar personal habilitado.
“Cada controlador debe tener su capacitación y certificado. Hay mucha gente que se ofrece sin estar habilitada, incluso hacen remeras de controlador, y eso nos perjudica. Nosotros cumplimos con la ley, hacemos las capacitaciones y trabajamos con responsabilidad, porque tratamos con personas, no con objetos”, subrayó.
Jara remarcó que la contratación de personal no habilitado implica un riesgo:
“A veces eligen a quien cobra más barato, pero la seguridad de tu familia o de tu evento no tiene precio. No somos millonarios por una noche, pero merecemos respeto por capacitarnos y dar un buen servicio.”
El trabajo de los controladores abarca antes, durante y después de cada evento, ya sea social, deportivo o empresarial. Además, quienes deseen sumarse a la cooperativa pueden hacerlo comunicándose al 2804600186 donde se realiza una entrevista y evaluación de antecedentes antes de iniciar las capacitaciones.
Finalmente, Jara celebró el aumento de actividades y eventos masivos, lo que repercute positivamente en la demanda laboral:
“Gracias a Dios estamos trabajando bien. Hay mucha necesidad de empleo, y esto nos permite seguir creciendo y ofreciendo un servicio serio y responsable.”



