¿Podemos decir “este hdp de presidente vetó el aumento a los jubilados”? Si, podemos decirlo. ¿Podemos decir, también, “los legisladores que votaron por ese aumento sabían que Milei lo iba a vetar”? Claro, también podemos hacerlo. Hasta podemos asegurar: “lo intentaron, pero no pudieron”; o incluso “lo hicieron por pura demagogia y nada más”.
Lo que SI necesitamos afirmar es que cada uno de nuestros legisladores nacionales es una pyme. Cada uno con un ejército de asesores –incluso algunos tienen más de 35- que cobran mucha plata por mes. Si a esto le sumamos lo que ganan cada uno de los 257 diputados y 72 senadores estamos hablando, en total, de una cifra sideral. Demasiado para una Argentina que retrocede dos pasos por cada uno que da.
No nos olvidemos que vivimos en un país donde muchas personas duermen en la calle o dentro de los cajeros automáticos. Como si fuésemos un país nórdico europeo donde la excelente administración permite que su ciudadanía disfrute de una buena calidad de vida. Ahora mismo hay cientos o miles de verdaderos héroes que preparan desayunos y meriendas para que miles de chicos y adultos los puedan disfrutar.
El problema está entonces no en el veto/no veto del ejecutivo nacional. Está en el cinismo que envuelve a cada arco político y en la mirada nuestra que no apunta a lo que verdaderamente deberíamos cambiar.