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Ricardo Irianni: “El Valle tiene un gran potencial productivo, pero todavía hay mucho por hacer”

Ricardo Irianni, presidente de la Sociedad Rural del Valle del Chubut, analizó el presente y los desafíos de la producción agrícola en la región

Trelew, 6 de agosto de 2025 – En el Día del Ingeniero Agrónomo y Veterinario, el presidente de la Sociedad Rural del Valle del Chubut, Ricardo Irianni, trazó un panorama sobre el presente y futuro de la actividad agropecuaria en la región, con especial foco en la agricultura intensiva bajo riego.

Irianni destacó la importancia de los profesionales del agro, la evolución de la tecnología en el sector y los desafíos estructurales que enfrenta el Valle para seguir creciendo en productividad y eficiencia.

“La tecnología está disponible, los recursos profesionales están, y hoy los productores más inquietos son los que marcan el camino”, aseguró.

Una profesión con múltiples saberes

Irianni recordó que el 6 de agosto conmemora la creación de la primera institución destinada a la formación de profesionales del agro en Argentina, lo que engloba no solo a los ingenieros agrónomos, sino también a veterinarios y técnicos agropecuarios.

“Es una profesión muy amplia. Hay que estudiar desde suelos, cultivos y animales hasta economía y planificación. La demanda de los productores ha cambiado mucho en los últimos años, y eso exige capacitación constante”, explicó.

Producción agrícola: oportunidades y limitaciones

En cuanto a la producción agrícola en el Valle del Chubut, Irianni fue claro: hay un gran potencial, pero también desafíos estructurales que deben atenderse con urgencia.

Uno de los principales problemas es la ineficiencia del sistema de riego, ya que más del 90% del riego se realiza por canales o inundación, lo que genera un desperdicio significativo de agua.

“En muchos casos, entre el 40% y el 60% del agua se pierde. Es un sistema barato, pero poco eficiente. Existen tecnologías más modernas como el riego por goteo o pívot, pero requieren inversiones mayores”, sostuvo.

Aun así, el ingeniero valoró el crecimiento que ha tenido la horticultura en la zona, con cada vez más productores apostando a los cultivos bajo cubierta (invernaderos), que permiten extender la temporada de producción, aumentar el rendimiento y generar más empleo.

“La horticultura en el Valle está floreciendo. Hay mucha mano de obra intensiva y la demanda de verduras y frutas frescas en la provincia es muy alta. Tenemos margen para crecer”, indicó.

Escala limitada, pero con margen de mejora

En comparación con otras regiones como Mendoza o el Valle de Río Negro, el Valle Inferior del Chubut cuenta con una superficie limitada para riego: apenas unas 20.000 hectáreas, contra más de 200.000 en las otras zonas mencionadas.

“El tamaño del Valle es chico en relación al país, pero para nosotros es significativo. Además, no todos los suelos son aptos para todos los cultivos. Algunos sirven mejor para pasturas, otros para horticultura o frutales”, explicó.

En cuanto a los cultivos, mencionó que se producen con éxito forrajes, maíz, sorgo y frutas como cereza, y que hay avances en olivicultura. También se han explorado posibilidades con soja, aunque aún no es rentable a escala local.

“La genética disponible hoy permite producir en zonas que antes eran marginales. Pero la pregunta clave es si al productor le sirve, si le es rentable. Por eso aún hay mucho por hacer con lo que ya tenemos”, aclaró.

Formación y tecnología: dos claves para el futuro

Irianni destacó que, más allá de la capacitación formal en escuelas agrotécnicas como la de Gaiman, lo que verdaderamente impulsa el desarrollo es la inquietud de los productores.

“Hoy el productor busca información, pregunta, se asesora. Y gracias a Internet, la tecnología que antes tardaba años en llegar, ahora llega en meses. Eso hace la diferencia”, aseguró.

Para el ingeniero, la función de organismos como el INTA y los ministerios de producción debería ser clave en este proceso, aunque a veces se ven diluidos por la burocracia, lo que limita su impacto real en el territorio.

“El ejemplo del productor innovador es contagioso”

Finalmente, Irianni apeló a una visión esperanzadora: “Los productores de punta, que invierten, innovan y asumen riesgos, son un ejemplo para los demás. Ese efecto multiplicador es lo que ayuda a mejorar toda la cadena”.

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