El investigador y docente de la UTN Facultad Regional Chubut, Fernando Dellatorre, confirmó el creciente interés de empresas japonesas en adquirir wakame —un alimento tradicional de la dieta asiática— producido a partir de algas que se desarrollan en las costas patagónicas. Se trata de una iniciativa conjunta entre el ámbito científico, universitario y el sector privado local que podría posicionar a la región como un proveedor estratégico frente a una demanda global insatisfecha.
La especie de alga en cuestión es la Undaria pinnatifida, una variedad exótica originaria de Japón pero que se ha establecido con fuerza en las aguas de Puerto Madryn y otras zonas costeras de la Patagonia. “Es una especie invasora en la región, pero altamente valorada en Asia. Allá la conocen como wakame, y su demanda no deja de crecer”, explicó Dellatorre.
Desde hace dos años, investigadores de la UTN FRCh impulsan un proyecto de desarrollo comercial mediante la empresa de base tecnológica “Jono Patagonia”, surgida como un spin-off del grupo de investigación. El objetivo: transformar un recurso natural subutilizado en una oportunidad productiva, generando valor agregado y empleo local.
“Desde el punto de vista técnico, sabemos cómo hacerlo. La Patagonia tiene condiciones prístinas, abundancia del recurso y conocimiento científico para avanzar. Lo que falta es escalar la producción, resolver desafíos logísticos y alcanzar una viabilidad económica para competir, sobre todo con los precios bajos de China”, señaló Dellatorre.
La clave del interés japonés radica en dos factores: la contaminación en sus propios mares —particularmente tras el desastre nuclear de Fukushima— y los efectos del cambio climático en las zonas productivas del hemisferio norte. “El público consumidor japonés está cada vez más preocupado por la seguridad alimentaria. Y eso pone los ojos en zonas limpias, como la nuestra”, destacó el investigador.
Actualmente, Japón importa cientos de miles de toneladas de wakame por año, pero enfrenta una creciente brecha entre oferta y demanda. Según Dellatorre, la Patagonia podría aprovechar esa ventana si se logra montar una cadena de valor que incluya cosecha, procesamiento y exportación. “Hoy estamos en niveles de producción muy bajos, pero se puede crecer. No se necesita una inversión millonaria ni tecnología compleja. Lo importante es generar infraestructura adecuada y reducir los costos logísticos”.