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Indignación y dolor: el femicida de Micaela Ortega volvió a contactar a su madre desde la cárcel

Un hecho profundamente doloroso y perturbador volvió a golpear a la familia de Micaela Ortega, la adolescente de 12 años asesinada en 2016 por Jonathan Luna, quien cumple condena por grooming y femicidio. Desde la cárcel, Luna volvió a tomar contacto con la madre de la víctima a través de un mensaje por Facebook, pidiéndole “perdón” y asegurando estar “pagando por lo que hizo”.

Marcelo Ortega, tío de Micaela, expresó con profunda indignación el impacto que este nuevo episodio tuvo sobre la familia. “Nos desconcertó el nivel de perversión de este ser humano. A mi cuñada, Mónica, le mataron una hija, y hoy la vuelve a lastimar con un mensaje desde la cárcel. Esto nos moviliza hasta las entrañas”, declaró.

Un sistema que sigue fallando

Según relató Ortega, la familia realizó inmediatamente una presentación legal que derivó en una requisa en la celda de Luna, donde se le secuestró el celular desde el cual habría enviado el mensaje. Pero este no es un hecho aislado: hace dos años ya se había detectado que Luna mantenía actividad en redes sociales. “Y dentro de un año va a pasar otra vez”, sentenció Marcelo con dolor e impotencia.

Ortega, quien se desempeñó durante años en el sistema penitenciario como asistente social, criticó con dureza el funcionamiento de las cárceles argentinas. “El sistema sigue siendo cómplice de este grado de perversión. ¿Dónde está el control? ¿Quién cuida a las víctimas?”, se preguntó.

Además, denunció que casos como este no son una excepción: “La cárcel termina siendo un doctorado para muchos. Entran por un delito y salen sabiendo cometer cinco más. Y mientras tanto, las víctimas y sus familias siguen pagando la condena real, la perpetua emocional”, aseguró.

“La perpetua es para la familia”

La reaparición de Jonathan Luna en la vida de la familia Ortega no solo reabre una herida nunca cerrada, sino que expone las falencias de un sistema penitenciario que, según denuncian, prioriza los derechos del victimario por sobre los de las víctimas.

“Mi hermano perdió a una hija. ¿Hasta cuándo van a seguir tolerando que estos asesinos sigan dañando desde adentro? ¿Cuántos nenas y nenes más van a seguir cayendo por culpa de esta negligencia?”, planteó Ortega, visiblemente afectado.

El mensaje enviado por Luna, desde un perfil con seudónimo en Facebook, fue solo un ejemplo de la cantidad de recursos con los que los internos siguen teniendo acceso al mundo exterior, incluyendo menores y adolescentes, lo que constituye un riesgo constante para la sociedad.

Pedido urgente al Estado

Marcelo Ortega fue contundente en su llamado a las autoridades: “El Poder Judicial, el Legislativo, los jueces, ¿qué están esperando para poner en primer lugar a las víctimas? ¿Hasta cuándo se va a permitir esto?”

Además, advirtió que el daño psicológico que estos episodios provocan en la familia de Micaela –especialmente en su madre, Mónica– es devastador. “Ya no es solo el crimen. Es el juicio, el duelo, y ahora esto. Las recaídas emocionales son muy fuertes. Estamos hablando de un daño permanente”, concluyó.

Un caso que exige respuestas

El caso de Micaela Ortega marcó un antes y un después en la visibilización del delito de grooming en la Argentina. A casi una década del femicidio, su familia sigue luchando por justicia y por la prevención de nuevos delitos desde las cárceles.

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