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Causa por contaminación en el Golfo Nuevo: la defensa de Conarpesa afirma que los vertidos no provienen de su planta

En el marco del juicio oral y público que investiga un supuesto vertido contaminante al Golfo Nuevo, el abogado Luis Ángel Novoa, defensor de dos empleados de la empresa pesquera Conarpesa, aseguró que los líquidos que aparecen en el video que originó la causa no provienen de la planta de su defendida, sino de un sistema pluvial compartido por varias empresas del parque industrial pesquero.

La investigación comenzó en febrero de 2023, cuando se difundió un video que mostraba un arroyo de color anaranjado desembocando en el mar. A partir de ese material, la Fiscalía centró la investigación en la planta de Conarpesa, imputando a dos empleados por el presunto delito de daño ambiental y ecológico.

“Desde el principio se dirigieron directamente a Conarpesa sin seguir el recorrido real del líquido, que pasa por un sistema subterráneo y no es visible a simple vista”, explicó Novoa. Según el abogado, la acusación se construyó sobre una interpretación errónea del origen de los efluentes y se pasó por alto que la cámara desde la cual emanan los líquidos recibe vertidos de varias empresas del sector.

Durante el juicio —que ya tuvo dos jornadas de audiencia— se realizaron pericias, inspecciones oculares y se presentaron testigos. Según Novoa, incluso los testigos propuestos por la Fiscalía habrían reforzado la postura de la defensa, al confirmar que no existe conexión clandestina desde la planta de Conarpesa al canal troncal y que los líquidos tratados se ajustan a las normas provinciales de calidad.

Presencia de desechos cloacales

Uno de los puntos más delicados de la causa fue el análisis del agua recolectada del punto de vertido. Según Novoa, en las muestras se detectó presencia de desechos cloacales y de Estreptococo y Escherichia coli, bacterias propias de aguas servidas. El abogado planteó que esto demuestra que el líquido no puede provenir exclusivamente de Conarpesa, ya que “la empresa no mezcla sus desechos industriales con aguas cloacales”.

“Durante la inspección ocular realizada con la jueza, se pudo ver que el líquido que salía de la cámara colectiva era cloacal, pero la planta de Conarpesa estaba completamente parada en ese momento”, sostuvo el abogado.

Además, agregó que los propios trabajadores de la planta realizaron videos donde se observa el vertido de líquidos crudos sin tratar provenientes de otras conexiones, los cuales fueron presentados como prueba ante la justicia, aunque según Novoa, no tuvieron impacto en la causa.

¿Cómo sigue el juicio?

El juicio continúa la próxima semana con los alegatos de las partes. La Fiscalía sostendrá la acusación contra los dos empleados de Conarpesa, mientras que la defensa insistirá en su inocencia y en que la responsabilidad no puede atribuirse exclusivamente a la firma, ni a sus trabajadores, quienes —según Novoa— “fueron rozados injustamente por esta imputación”.

Un problema ambiental más profundo

Más allá del debate judicial, lo que quedó en evidencia en esta causa es un problema ambiental más amplio: el vertido de líquidos sin tratamiento adecuado al Golfo Nuevo. Aunque la responsabilidad penal se discute en tribunales, hay consenso en que el estado actual del sistema de tratamiento de efluentes industriales es inaceptable.

En palabras del propio abogado: “Lo que está claro es que eso que va al mar no es agua cristalina. Hay desechos industriales y cloacales que terminan en el Golfo, y eso es lo que realmente debería preocuparnos a todos”.

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