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Venta ilegal de medicamentos: “Es un delito penal y una amenaza sanitaria”

Eduardo Molina, presidente del Colegio de Farmacéuticos del Chubut, habló en una entrevista radial sobre la problemática persistente de la venta ilegal de medicamentos en comercios no habilitados, advirtiendo sobre sus implicancias sanitarias, legales y sociales.

La conversación se centró en un tema que preocupa desde hace años: la venta de medicamentos —incluidos aquellos de venta libre— en kioscos, almacenes y supermercados. Molina fue contundente al afirmar que “el medicamento no es un bien comercial, sino un bien social”, y como tal, debe estar sujeto a estrictos controles por parte del Estado.

Venta libre, pero no en cualquier lugar

Una de las principales confusiones que explicó el farmacéutico es la noción errónea de que los medicamentos de venta libre pueden venderse en cualquier parte. “La ley es clara: son de venta libre en farmacias”, remarcó, haciendo hincapié en que quitar esas dos palabras del texto legal lleva a una interpretación errada y peligrosa.

Molina recordó que tanto leyes provinciales como nacionales —incluida la Ley Nacional 17.565 y su modificatoria 26.567— establecen que la dispensa de cualquier tipo de medicamento debe realizarse exclusivamente en farmacias y bajo la supervisión de un profesional farmacéutico. Incluso el Código Penal, en su artículo 204, contempla sanciones para quienes comercialicen medicamentos por fuera del marco legal.

Peligros reales: medicamentos falsificados y vencidos

Más allá de lo legal, el presidente del Colegio alertó sobre los riesgos concretos para la salud. “Ya vivimos experiencias trágicas en el pasado”, señaló, recordando los casos de medicamentos falsificados y contrabandeados durante los años 90 y principios de los 2000, como el conocido caso Zanola, en el que incluso medicamentos oncológicos fueron adulterados con agua, provocando muertes y condenas judiciales.

Un medicamento mal conservado o falsificado puede matar. No es una golosina. Es un veneno en pequeñas dosis y debe ser manejado por profesionales”, subrayó Molina.

Acceso en lugares sin farmacias

Consultado sobre los sectores de la ciudad donde no hay farmacias cercanas, Molina explicó que la legislación provincial establece distancias mínimas entre farmacias con el objetivo de fomentar su distribución equitativa en barrios y zonas periféricas. También destacó que, donde no hay farmacias, existen botiquines habilitados y hospitales que entregan medicamentos de manera gratuita, sobre todo en localidades pequeñas.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que haya una farmacia por cada 4.000 habitantes, y en lugares donde eso no es viable, el Estado garantiza la disponibilidad mediante estos mecanismos alternativos.

Responsabilidad del Estado y control

En cuanto a los controles actuales, Molina fue claro: el Colegio de Farmacéuticos no tiene poder de policía, por lo que solo puede denunciar ante el Ministerio de Salud. Sin embargo, reconoció que muchas veces las autoridades están desbordadas para cubrir toda la provincia.

El presidente hizo un llamado a la responsabilidad ciudadana y a fortalecer el rol del Estado en este tema: “Cualquiera puede ver medicamentos bajo el mostrador en un comercio. Eso es ilegal y peligroso. El control sanitario debe ser una política seria, ética y responsable”.

Medicamentos no son golosinas

Finalmente, Molina también respondió a las críticas de algunos comerciantes que cuestionan por qué las farmacias pueden vender productos como chocolates o productos de limpieza. “Eso es una falacia. No se puede comparar un medicamento con un producto de consumo. El medicamento es un bien sanitario, no un artículo de góndola”, concluyó.

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