El titular del Instituto Provincial del Agua (IPA), Esteban Parra, explicó la situación actual y llevó tranquilidad al sector.
Durante una entrevista Parra sostuvo que, pese a las imágenes que circulan entre los productores mostrando bajos niveles en el embalse, la cota se mantiene dentro del rango de operación normal, con 147,4 metros. “La situación más crítica fue en 1988-89, cuando se llegó a una cota de 127. Hoy estamos 20 metros por encima de esa marca histórica”, remarcó.
El funcionario reconoció que la falta de lluvias y nevadas en la cordillera es un factor de atención, pero afirmó que los pronósticos indican un año hidrológico normal, con el ingreso de frentes húmedos hacia fines de julio y hasta septiembre. “No se ve una situación crítica en el pronóstico, aunque siempre hay que ser prudentes”, advirtió.
Uno de los puntos de controversia es la erogación de agua desde el dique, que algunos productores consideran excesiva. Parra explicó que actualmente se liberan 18 metros cúbicos por segundo, el mínimo necesario para que la central hidroeléctrica funcione en su potencia mínima. Durante la temporada de riego, que terminó en mayo, el caudal era de 35 m³/s.
“Siempre se prioriza el riego, pero existen normas operativas que deben cumplirse. En caso de llegar a niveles críticos, se puede detener la generación de energía y limitarse al caudal ecológico, como ya ha ocurrido en años anteriores”, aseguró el funcionario, en respuesta a las preocupaciones de productores como Jorge Perusotti, de 28 de Julio.
Sobre la carta presentada por varios productores al IPA y otras entidades, Parra confirmó que fue tratada la semana pasada en el directorio del IPA y que ya se está coordinando una reunión informativa entre el 23 y el 26 de julio, donde se explicará la situación técnica y las previsiones.
Además, anticipó que se está organizando una reunión del Comité de Cuenca para el 20 de agosto, en la que participarán actores de toda la cuenca del río Chubut, desde productores hasta autoridades municipales.
Por último, Parra recordó que el problema más crítico no suele darse en este periodo, sino al inicio del próximo ciclo de riego. “Si el embalse queda bajo luego del invierno, ahí es donde puede haber inconvenientes. Por eso estamos atentos y trabajando en conjunto con todas las partes involucradas”, concluyó.