Miguel Sosa, vicepresidente de la Cámara Provincial de Turismo y también vicepresidente nacional de la Federación de Cámaras de Turismo de Argentina, en diálogo con Carla y Federico en una entrevista radial.
“La situación es atípica. No recuerdo una temporada con tan poca nieve en julio”, reconoció Sosa, al referirse a la preocupante postal de centros de esquí prácticamente vacíos o sin actividad. Según explicó, el impacto no solo se limita a Chubut, sino que se extiende a otros destinos tradicionales del turismo invernal como San Martín de los Andes, Villa La Angostura y Bariloche.
Un golpe para la economía regional
“El producto nieve es el gran atractivo de esta temporada. Si no está, se resiente toda la cadena: gastronomía, alojamiento, excursiones, transporte”, indicó. Aunque resaltó que los destinos ofrecen otros servicios turísticos activos —como la Trochita o los parques nacionales—, el déficit de nieve hace que la experiencia invernal se vea incompleta, afectando tanto la llegada de turistas como el movimiento económico.
Sosa reveló que, en localidades de la cordillera chubutense, el nivel de ocupación hotelera durante las vacaciones de invierno no supera el 15%, una cifra inédita y alarmante: “Eso no sucedió jamás. Es un dato que preocupa profundamente”.
Una coyuntura compleja: economía + clima
Además de la falta de nieve, el dirigente turístico mencionó que la actual coyuntura económica del país complica aún más el panorama. “Se combinan factores económicos y climáticos. El que pensaba venir desde la costa o Comodoro quizás decide esperar o directamente descarta el viaje”, explicó.
Si bien los prestadores han buscado reconfigurar su oferta con promociones y descuentos —incluso a través de acuerdos con el Banco del Chubut—, Sosa admitió que “no alcanza para seducir a la demanda” en un contexto de menor poder adquisitivo y mayor competencia con destinos nacionales e internacionales.
Trabajar con la mirada en el futuro
De cara al futuro, el sector ya trabaja en estrategias para diversificar su propuesta y no depender exclusivamente de las temporadas altas. “Hay que generar productos atractivos también en temporada baja y fines de semana largos. Repensar tarifas, mejorar conectividad y apostar por un turismo más estable a lo largo del año”, sostuvo.
Pese a las dificultades, Sosa expresó confianza en la capacidad del sector para adaptarse, aunque admitió que la situación es especialmente difícil para muchos prestadores pequeños. “Hay colegas que ya van por el segundo o tercer crédito para poder pagar sueldos. Esa es nuestra verdadera preocupación hoy”, concluyó.