Juan Manuel Ibáñez, interventor de la Cooperativa de Servicios Públicos de Rawson, confirmó que la entidad se encuentra atravesando una crisis estructural de gran profundidad. En diálogo con medios locales, Ibáñez detalló que los servicios de agua potable, cloacas y energía eléctrica están al borde del colapso operativo, como resultado de años sin inversión y tarifas congeladas que no cubren ni los costos básicos de funcionamiento.
“Uno de los principales hallazgos al asumir la intervención fue el fuerte déficit operativo que arrastra la cooperativa”, explicó Ibáñez. “La recaudación actual por facturación no alcanza para cubrir los costos mínimos de prestación. Durante mucho tiempo, el servicio de agua y cloacas se cobraba a valores irrisorios de 2.400 y 2.700 pesos, y la tarifa eléctrica era una de las más bajas del país”, detalló.
Un 80% de lo recaudado se destina a sueldos
La estructura financiera de la cooperativa también presenta desequilibrios severos: “En algunos meses, hasta el 80% de lo que ingresa se destina al pago de salarios. Esto deja un margen muy limitado para mantenimiento o inversiones, lo que agrava aún más la situación”, sostuvo el interventor.
Un plan de infraestructura como eje de la recuperación
Frente a este panorama, la intervención impulsa la presentación de un plan de infraestructura que contemple obras urgentes en los tres servicios esenciales y que pueda ser acompañado por una readecuación tarifaria. “No se trata solo de pedir un aumento de tarifas. Se trata de mostrar claramente para qué se necesita: reemplazo de cañerías obsoletas, renovación de bombas cloacales, y adquisición de equipamiento eléctrico básico que hoy simplemente no existe en stock”, afirmó.
Según Ibáñez, el diagnóstico técnico es contundente. Un informe difundido la semana pasada por la cooperativa señala que:
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Las plantas de agua potable operan al límite, con infraestructura envejecida y sin capacidad de respuesta ante emergencias.
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Cinco estaciones cloacales están en estado crítico, incluyendo la principal, la Vucetich, con riesgo sanitario para la población.
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La red eléctrica presenta postes, cables y transformadores con más de 30 años de antigüedad, y no hay materiales para reparaciones de emergencia.
Articulación con el municipio y el ente regulador
El plan de infraestructura será presentado al poder concedente, es decir, a la Municipalidad de Rawson, que deberá evaluar las obras junto al Concejo Deliberante y al Ente Regulador Provincial de Servicios Públicos, actualmente también intervenido. “El desafío es que el vecino vea mejoras concretas en los servicios. Sabemos que hablar de tarifas no es popular, pero el peor servicio es el que no se presta”, enfatizó Ibáñez.
¿Y la empresa municipal?
La situación se vuelve aún más compleja considerando que el propio municipio había anunciado la creación de una empresa municipal de servicios públicos, que en el futuro podría absorber las funciones de la cooperativa. Esta superposición de caminos genera incertidumbre sobre el futuro institucional de la prestación de servicios esenciales en la ciudad.
Una intervención que podría extenderse
Ibáñez aclaró que su mandato actual tiene un plazo de dos meses más, aunque es probable que la intervención se prorrogue, dada la magnitud de las tareas pendientes. “Nosotros queremos dejar un plan de infraestructura técnico, viable y consensuado. Y que quien continúe pueda sostener ese camino de normalización, con reglas claras y control serio”.