La temporada invernal en Esquel comenzó con cifras preocupantes: un nivel de reservas turísticas que ronda apenas el 15 al 20%. Así lo confirmó Claudio Selva, presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Producción y Turismo del Oeste del Chubut, en una entrevista donde hizo un crudo diagnóstico de la situación del sector, aunque sin perder la calma ni el espíritu propositivo.
“La ocupación está muy baja. Estamos hablando de entre un 15 y 20% de reservas, lo cual es extremadamente poco para esta altura del año”, explicó Selva. Si bien la falta de nieve es uno de los factores que afecta a la región, el dirigente remarcó que no es el único. “Nos impacta la recesión económica, la incertidumbre cambiaria que desincentiva al turismo internacional, y el encarecimiento general del viaje incluso para el turismo interno. Es un combo de factores”, agregó.
Una situación regional
Selva advirtió que esta crisis no es exclusiva de Esquel, sino que abarca a toda la región cordillerana. “Cuando al turismo le va mal, le va mal a todos. Bolsón, Bariloche, Lago Puelo… todos los destinos del corredor están en la misma situación. El turismo es regional, no es que a uno le va mal y a otro bien. Las rutas, las conexiones, la promoción… todo se gestiona en conjunto”, señaló.
De hecho, mencionó que mantiene diálogo permanente con la Cámara de Turismo de El Bolsón y que, según datos compartidos, esa localidad apenas alcanza un 12% de ocupación en plena temporada. “Eso muestra que el problema es estructural y generalizado”, afirmó.
Turismo local golpeado
Otro dato alarmante es la baja afluencia del turismo proveniente de la costa chubutense, históricamente uno de los más fieles a Esquel durante el invierno. “El público de Comodoro, Madryn y Trelew también se ha retraído. El costo del viaje en combustible y servicios se vuelve inaccesible. Ya no está ese trabajador petrolero que podía darse el lujo de venir una semana con su familia. Hoy ni sabe cómo estará su empleo el mes que viene”, analizó.
El sector privado se reinventa
A pesar del panorama adverso, Selva sostuvo una postura constructiva y proactiva: “Nuestra tarea es transmitir tranquilidad y buscar soluciones. No podemos bajar los brazos. Estamos analizando estrategias para amortiguar el impacto de esta temporada floja, como armar combos promocionales entre hoteleros y gastronómicos, descuentos especiales o mejorar la comunicación del producto nieve”.
Asimismo, destacó que no todo el turismo de invierno está centrado en el esquí, actividad de alto costo: “Muchos turistas vienen a disfrutar de la nieve, del paisaje, de experiencias accesibles como la visita a la Laguna La Zeta congelada o las caminatas con raquetas en los alrededores del cerro. Estamos ampliando el concepto hacia un producto nieve más inclusivo y familiar”.
Críticas al discurso mediático
Selva también se refirió a la diferencia de tratamiento que hacen los medios nacionales sobre las distintas localidades turísticas. Mientras que Bariloche aparece en los titulares con cifras de ocupación elevadas, la realidad en terreno es diferente. “Yo tengo local en Bariloche y sé lo que pasa. Hay una estrategia de comunicación muy cuidada. Nosotros, en cambio, cuando pasa algo mínimo en Esquel, lo levantan todos los portales. Eso también influye en la percepción del destino”, comentó.
Una oportunidad disfrazada de crisis
Finalmente, Selva consideró que este escenario puede ser una oportunidad para revisar tarifas, reconfigurar servicios y reconectar con el turismo nacional y local. “Quizás no podamos revertir por completo la situación, pero sí amortiguarla. Si no, la otra opción sería cerrar, y eso no lo vamos a permitir”, concluyó con firmeza.