Madryn

El crimen de la suboficial Marcela Tagariello

La noche del miércoles 17 de julio quedará marcada como una de las más dolorosas para la comunidad de Puerto Madryn y, especialmente, para la Policía del Chubut. La suboficial ayudante Marcela Tagariello, quien se desempeñaba como encargada de turno en la Comisaría Cuarta, fue asesinada en servicio tras recibir un disparo durante una intervención por un hecho de robo. La gravedad del crimen, que será imputado como homicidio doblemente agravado, generó una profunda conmoción en la ciudad.

En una entrevista exclusiva con el periodista Carlos, el fiscal jefe Alex Williams brindó un extenso y detallado relato de cómo ocurrieron los hechos, la investigación en curso, la detención del principal sospechoso y el marco judicial que rodea al caso.

La secuencia del crimen

Todo comenzó cerca de las 21:00 horas, cuando una vecina del sector oeste de Puerto Madryn llegó a su domicilio junto a un sobrino menor de edad y descubrió que su vivienda había sido violentada. Al ingresar, encontró al presunto delincuente aún dentro de la casa, armado, y siendo testigo de un momento escalofriante: fue encañonada y obligada a arrodillarse mientras el agresor intentaba concretar el robo. El menor escapó y alertó a los vecinos, quienes dieron aviso a la policía.

El primer móvil en llegar fue el de la Comisaría Cuarta, con Marcela Tagariello a bordo. Ingresó a la vivienda junto a otra oficial, mientras una tercera policía conducía el vehículo. La secuencia dentro del domicilio fue rápida y fatal: Tagariello accedió a una habitación iluminada —la única con luz encendida— donde se encontraba el autor del robo y la víctima original. Según Williams, en un principio Tagariello no comprendió del todo la escena, interpretando que ambas personas eran moradores de la casa. Sin embargo, al recibir señales de la víctima, dio la voz de alto. Fue en ese instante que el agresor le disparó.

Hipótesis fiscal: un asesinato con clara intención

El fiscal explicó que, según las primeras pericias, el primer disparo impactó en el chaleco antibalas, posiblemente a la altura del abdomen. Como reacción, la suboficial habría realizado un giro involuntario, quedando su flanco izquierdo expuesto. El segundo disparo ingresó por la axila, una zona no protegida por el chaleco, y provocó lesiones mortales en pulmones y arterias vitales, ocasionando un shock hipovolémico que terminó con su vida pese a los esfuerzos de reanimación en el lugar y en el hospital.

“La persona tenía perfectamente claro que estaba disparando a una policía. No hay duda”, afirmó el fiscal.

Rápido operativo, una detención y un arma secuestrada

Poco después del hecho, se desplegó un extenso operativo policial. Las cámaras de seguridad permitieron identificar a un sospechoso corriendo por las inmediaciones. La policía acordonó la zona, y tras obtener una orden judicial, ingresaron a una vivienda donde fue detenido Lucas Miguel Ángel Entraigas, de 26 años, con antecedentes por robo agravado. Más tarde, y tras otro allanamiento, se encontró un arma compatible con el calibre de los proyectiles extraídos del cuerpo de Tagariello.

La fiscalía investiga si se trata del arma homicida, aunque las coincidencias físicas, de vestimenta, testimonios y evidencia digital refuerzan la acusación.

En libertad condicional

Uno de los datos que más indignación provocó fue que Entraigas se encontraba bajo libertad condicional desde julio de 2024, tras cumplir parte de una condena anterior por robo a mano armada. “Es una persona que conocemos desde hace tiempo en el sistema. Comenzó a delinquir siendo adolescente y fue escalando en la gravedad de sus delitos”, explicó Williams. La libertad condicional le había sido otorgada por el juez Daniel Yangüela, conforme a lo que establece la ley 24.660, que habilita este beneficio a quienes cumplen dos tercios de su pena y presentan buena conducta.

Calificación: homicidio doblemente agravado

El fiscal Williams adelantó que solicitará la imputación de Entraigas por homicidio doblemente agravado: por ser cometido contra un miembro de una fuerza de seguridad en funciones, y por haber sido ejecutado para consumar otro delito —el robo—, en lo que se conoce como homicidio criminis causa. Además, se le sumará la acusación por el robo agravado.

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