La industria pesquera, uno de los motores económicos más importantes de Puerto Madryn, atraviesa una de sus peores crisis de los últimos años. Desde septiembre del año pasado no se reanuda la zafra en aguas nacionales y el conflicto entre trabajadores y empresarios continúa sin solución. El intendente Gustavo Sastre lo confirmó en una entrevista: “Esta situación está afectando directamente a unas 8.000 familias que dependen de la actividad pesquera, tanto en buques como en plantas procesadoras”.
Uno de los sectores más golpeados es el de los marineros relevos, trabajadores que reemplazan a los tripulantes fijos cuando estos desembarcan. A diferencia de los permanentes, que cobran un básico garantizado —alrededor de $500.000, aunque hoy ya insuficiente—, los relevos no perciben ingresos si no están embarcados. Al no haber actividad desde hace más de nueve meses, miles de ellos están directamente sin trabajo ni salario.
“La ciudad está viviendo un momento delicado. El derrame económico que genera la pesca es fundamental para Puerto Madryn, y la parálisis está deteriorando gravemente nuestra economía local”, expresó Sastre.
Convenio colectivo y tensiones
El conflicto se agravó en las últimas semanas cuando los empresarios plantearon la intención de modificar condiciones del convenio colectivo de trabajo, vigente desde hace años. Según el intendente, esto fue un punto de quiebre: “No se puede borrar con el codo lo que se firmó. Cambiar un acuerdo colectivo justo antes del inicio de la temporada fue lo que encendió el malestar en los gremios”.
Sastre reconoció que la situación internacional del mercado pesquero cambió drásticamente y que los empresarios también enfrentan dificultades para exportar el langostino —principal producto de la región—, pero insistió en la necesidad de mantener el marco legal vigente mientras se buscan soluciones.
Movilizaciones pacíficas y unidad en el reclamo
En paralelo, los trabajadores realizan manifestaciones en puntos estratégicos de la ciudad, aunque sin cortar el tránsito ni interferir en otras actividades. “Han sido muy respetuosos. Están en el acceso sur de la Ruta 3 y en la rotonda de ingreso al parque industrial pesquero. Hay un entendimiento mutuo sobre la necesidad de manifestarse sin perjudicar al resto de la comunidad”, afirmó el jefe comunal.
También reconoció que, como ocurre en cualquier conflicto prolongado, han surgido sectores disidentes dentro del sindicalismo: “Existen distintas agrupaciones que no coinciden con la conducción gremial, pero todos comparten el eje central: rechazar la baja salarial del 30% que se busca imponer”.
Un conflicto que se extiende más allá de Madryn
Sastre recordó que el impacto de este conflicto no se limita a Puerto Madryn, sino que afecta a trabajadores pesqueros de todo el país, incluyendo Corrientes, Santa Cruz y Mar del Plata. “Este es un conflicto nacional con epicentro en nuestra ciudad. Por eso decidí involucrarme, aunque formalmente no tenga injerencia directa. No me puedo sacar el lazo de encima mientras miles de familias madrynenses están sin trabajo”.
El intendente se mostró moderadamente optimista: “Hubo momentos en los que las partes estuvieron cerca de un acuerdo. Seguimos insistiendo en acercar posiciones. La rigidez de las posturas impide avanzar. Hay que ceder un poco de ambos lados para destrabar esto”.