El diputado nacional Sergio Omar Palazzo (Unión por la Patria) realizó una enfática defensa del proyecto que propone un incremento excepcional para jubilaciones y pensiones, así como la prórroga de la moratoria previsional. Su intervención destacó por el tono directo y la apelación emocional, con fuertes críticas a sectores que se oponen a la medida.
Palazzo cuestionó la magnitud del aumento previsto —un poco más del 7% sobre la jubilación mínima— al compararlo con un producto básico: “Estamos votando dos kilos y medio de carne. Eso es lo que representa este incremento. Y hay quienes están dispuestos a votar en contra”, expresó. Su afirmación buscó ilustrar el impacto concreto en el bolsillo de los jubilados y subrayar la insuficiencia de los ingresos actuales.
El legislador también apuntó contra la desactualización del bono que complementa las jubilaciones, congelado desde hace más de un año, y consideró urgente su actualización. Pero centró gran parte de su exposición en la defensa de la moratoria previsional, medida que permite a quienes no cuentan con todos los aportes completar los requisitos para acceder a una jubilación.
“La moratoria no solo es necesaria, es justa. Este Congreso sancionó leyes que beneficiaron a grandes empleadores con condonaciones de deuda y quita de multas. ¿Y ahora vamos a negarles una oportunidad a los trabajadores que no pudieron aportar porque sus empleadores no lo hicieron?”, planteó.
En un momento particularmente emotivo, Palazzo compartió su historia familiar: recordó a su madre, trabajadora de casas particulares, que accedió a una jubilación gracias a la moratoria impulsada durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. “Quizás ya no le hacía falta, porque sus hijos podíamos ayudarla, pero la dignidad que le dio ese reconocimiento fue invaluable. No estoy dispuesto a dejar en el cementerio del olvido a familias como la mía”, afirmó.
Además, lanzó críticas a diputados que, según dijo, se oponen a la moratoria pero promueven proyectos para eliminar fotomultas, a pesar de ser ellos mismos deudores. “¿Qué autoridad moral tienen para negar derechos a otros?”, cuestionó.