En la región cordillerana de Chubut crecen la preocupación y el malestar por el estado calamitoso de las rutas, la falta de mantenimiento vial y la crisis en la provisión de servicios básicos como el gas, el agua y la energía eléctrica. Así lo expresó Pablo Durán, presidente de la Cámara de Comercio de Trevelin, quien trazó un panorama crítico para la economía y el turismo de la zona.
Rutas destruidas y sin mantenimiento
“La Ruta 40 y la 259 están prácticamente detonadas. El mantenimiento ha sido nulo en el último año y medio”, sostuvo Durán en diálogo radial. Desde la Cámara, aseguran que el abandono de las rutas no es nuevo, pero que la situación se agravó al punto de que ya afecta directamente a inversiones privadas y al movimiento turístico.
“El asfalto ya no resiste la nieve del invierno ni el calor del verano. La amplitud térmica termina destruyéndolo aún más. Lo poco que se hacía antes, como bacheo por tramos, ni siquiera se ve”, detalló.
Durán también remarcó la contradicción entre el impulso del sector privado y la desidia estatal: “En Trevelin hay emprendimientos turísticos y vitivinícolas en expansión, pero no tienen una ruta de acceso en condiciones. El privado invierte, pero se topa con un Estado ausente”.
Servicios colapsados: sin gas, con cortes y sin respuestas
Más allá del problema vial, la falta de infraestructura básica es otro punto crítico. Según Durán, hay miles de familias sin acceso a gas natural y no hay plazos concretos para que las obras avancen. “Entre Esquel y Trevelin hay unas 5.000 viviendas en espera. Además, ScPL no puede abastecer con energía eléctrica ni con agua potable como corresponde”, denunció.
Este cuello de botella no solo frena el desarrollo habitacional y turístico, sino que también desalienta la radicación de nuevos vecinos o emprendedores.
Camiones chilenos: uso intensivo de rutas y sin control de peso
El dirigente empresarial también se refirió al tránsito de camiones chilenos por rutas nacionales, una situación que genera preocupación por su impacto en la infraestructura. “Usan nuestras rutas para llegar a Punta Arenas porque en su país deben cruzar con barcazas. No hay balanzas para controlar el peso y muchos circulan con exceso de carga, lo que destruye el pavimento más rápido”, advirtió.
La problemática no es nueva, pero los controles brillan por su ausencia. “Nunca hubo balanzas en Chubut ni en Río Negro. En su momento se proyectó una en el Parque Industrial de Esquel, pero nunca se concretó”, recordó.
Además, Durán alertó sobre la alta velocidad y maniobras peligrosas de estos camiones: “Ya provocaron accidentes graves. Es alarmante cómo circulan en rutas que están reventadas”.
Turismo en jaque por la falta de infraestructura
Para una región que depende del turismo como motor económico, el combo de rutas destruidas, servicios colapsados y falta de controles es letal. “Muchas familias de Comodoro, Madryn o Trelew lo piensan dos veces antes de venir en auto. El trayecto que debería durar 4 o 5 horas se vuelve un suplicio”, explicó.
Durán cerró con una advertencia: “El turismo no va a sostenerse si no hay condiciones mínimas para llegar, alojarse y vivir. Necesitamos que el Estado esté presente. Hoy, todo lo que se mueve lo empuja el privado, pero no alcanza”.