Madryn

Pesca paralizada: Fernando Álvarez Castellano advierte que el conflicto con el SOMU es “inédito” y responde a intereses que van más allá del salario

Mientras el sector pesquero atraviesa una de sus crisis más profundas, con la temporada de langostino detenida por un conflicto sindical que ya lleva más de tres meses sin resolución, el presidente de Conarpesa, Fernando Álvarez Castellano, rompió el silencio y expuso con crudeza el trasfondo de una disputa que —según sostiene— no se explica solamente por diferencias salariales.

“Yo he negociado durante 30 años con todo tipo de sindicatos, pero nunca vi algo tan cerrado. Esto no es una discusión normal. Es un ‘no’ estructural que responde a otros intereses”, afirmó Álvarez Castellano en una extensa entrevista radial.

Un conflicto que va más allá del salario

El foco del conflicto se sitúa en la negativa del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) a aceptar cualquier propuesta que implique una modificación en el esquema salarial actual, incluso cuando se plantea como un ajuste temporario vía dólar pesquero. Según el empresario, el SOMU se retiró intempestivamente de la última reunión de negociación para asistir a un acto político de Cristina Fernández de Kirchner.

“Se les ofreció una alternativa con un dólar más bajo que el actual, como se hizo en 2020. Ni siquiera lo quisieron discutir. Se levantaron y se fueron. Ahí te das cuenta que no quieren negociar nada”, relató.

Para Álvarez Castellano, el trasfondo es más político que gremial: “Hay una intención de no firmar nada que implique una baja, aunque sea simbólica. Es una postura pensada para no sentar precedentes sindicales. No tiene lógica económica”.

El impacto económico y social: plantas cerradas y marineros sin ingresos

La parálisis afecta a una cadena de valor que va mucho más allá de los barcos congeladores. Las plantas de procesamiento en tierra, transportistas, estibadores y cooperativas vinculadas a la actividad están comenzando a sentir el impacto de una temporada perdida.

“Yo abrí las plantas en mayo y después tuve que volver a cerrarlas. La economía de Puerto Madryn está resentida, no por los barcos que vienen y se van, sino por todo lo que se mueve cuando se descarga: cámaras, camiones, operarios, logística”, describió el titular de Conarpesa.

Además, advirtió que el langostino ecuatoriano está ganando mercados clave, desplazando al argentino: “Se vende a 8 euros el kilo en Europa. Les mandé fotos a los sindicatos para que vean la competencia. Ni eso reconocen”.

Posibles soluciones y advertencias

Álvarez Castellano destacó que otros gremios del sector, como SICONARA (maquinistas) y CAPITANES, están abiertos a negociar. “No les gusta perder, como a nadie, pero al menos se sientan a discutir”, apuntó.

Con respecto a la pesca en aguas provinciales, que aún no comenzó, se mostró más optimista: “Hay más actores involucrados, más diálogo. No creo que se replique este escenario”.

Y lanzó una advertencia directa al SOMU:

“La gente se está empezando a dar cuenta de que no les dan respuestas. El marinero quiere trabajar, quiere ganar su plata y gastarla. Si el gremio no lo permite, la presión va a venir desde abajo”.

¿Un conflicto político enmascarado?

Consultado sobre la posible influencia de actores políticos, como Hugo Moyano, Álvarez Castellano se mostró cauto: “No tengo pruebas. Me dijeron que se está monitoreando desde arriba, que hay interés político por el conflicto. Pero no lo puedo confirmar”.

Sí reconoció que hay “una personalización absurda” del conflicto en su figura: “Yo ni siquiera estaba en las primeras reuniones. Me operaban de la columna y me señalaban como el responsable. Parece que manejo toda la pesca argentina. Ojalá, pero no es así”.

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