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Empresas podrían recurrir al langostino ecuatoriano ante la falta de actividad en aguas nacionales

Raúl Cereseto, integrante de la Cámara de la Flota Amarilla (CAFACh) y presidente de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP), alertó sobre una situación límite: grandes empresas que operan en Argentina evalúan importar langostino de Ecuador para abastecer sus compromisos comerciales internacionales ante la inactividad local.

Una crisis que se prolonga y sin resolución a la vista

El conflicto entre las cámaras empresarias y los gremios del sector pesquero mantiene paralizada gran parte de la flota congeladora. Según explicó Cereseto, el nivel de capturas registrado entre marzo y junio cayó drásticamente en comparación con el año anterior. En 2023, en ese mismo período se capturaron 50.000 toneladas; este año, esa cifra prácticamente no se alcanzó.

Esto genera un faltante del 20% en la producción nacional de langostino, en un país que exporta entre 200.000 y 250.000 toneladas anuales. Esta merma no solo amenaza con provocar pérdidas millonarias, sino que podría derivar en la importación del recurso desde Ecuador, particularmente langostino de criadero, para no perder contratos con clientes en Europa, Estados Unidos y Asia.

“Antes de perder el cliente, van a salir a comprar langostino ecuatoriano”

“Lo que está ocurriendo es muy grave. Las grandes empresas ya están comercializando productos como el Banamex (langostino de criadero ecuatoriano), y de continuar el conflicto, incrementarán esas compras para suplir la falta de producción local”, advirtió Cereseto.

Agregó que en los últimos días habló con tres grandes compañías radicadas en Chubut, las cuales le confirmaron que, aun perdiendo dinero, optarán por importar el recurso para no incumplir compromisos de exportación. “Antes de perder al cliente, salen a comprar afuera”, señaló.

Impacto directo sobre el empleo local

La situación afecta especialmente a la provincia del Chubut, donde unas 13.000 personas dependen directamente de la actividad pesquera. A nivel nacional, se estima que más de 20.000 puestos de trabajo están en juego.

“El langostino representa más del 60% de las exportaciones pesqueras de la Argentina. Solo en Chubut, el impacto económico y social sería devastador si no se resuelve este conflicto. La pesca es la segunda actividad económica más importante de la provincia”, remarcó Cereseto.

Gremios, convenios y falta de diálogo

El conflicto de fondo gira en torno a la revisión del convenio colectivo de trabajo de los tripulantes de la flota congeladora. Las empresas proponen una modificación en los ítems productivos, mientras que los gremios rechazan cualquier rebaja salarial. La falta de acuerdo ha derivado en una paralización prolongada de la actividad.

Cereseto también manifestó su preocupación sobre la falta de transparencia y comunicación dentro de las negociaciones: “Lo que se dice en las reuniones no siempre llega claro a los trabajadores. Tal vez sería momento de que otras voces gremiales se sumen al diálogo, porque la situación es crítica”.

Sin luz al final del túnel

Con cortes de ruta, manifestaciones y una economía regional en alerta, el panorama se oscurece. “No se ve una solución en el corto plazo. Salieron algunos barcos, pero el conflicto sigue lejos de resolverse”, concluyó el empresario, quien apeló a una mesa de crisis más participativa y con interlocutores más representativos de todas las partes.

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