Este jueves 19 de junio, Puerto Madryn será escenario de una emotiva jornada de homenaje y reflexión con la llegada del rompehielos ARA “Almirante Irízar” al muelle Comandante Luis Piedra Buena. La visita de la emblemática embarcación de la Armada Argentina se produce en una fecha que remueve recuerdos imborrables: el llamado “día que Madryn se quedó sin pan”, cuando en 1982 la ciudad recibió a los soldados argentinos que regresaban como prisioneros de la Guerra de Malvinas.
El Irízar, símbolo de soberanía en las aguas australes y del compromiso con la presencia nacional en el Atlántico Sur, podrá ser visitado por el público en una actividad que busca acercar la historia reciente a las nuevas generaciones.
“Será una jornada muy especial. El Irízar tiene un fuerte vínculo con la causa Malvinas, y poder mostrarlo por dentro a nuestros vecinos es una forma de mantener viva esa memoria”, expresó Daniel Belmar, presidente del Centro de Veteranos de Guerra de Puerto Madryn.
La llegada del buque está programada para el mediodía, aunque estará sujeta a las condiciones climáticas. El acto de bienvenida y las actividades organizadas por los veteranos incluirán recorridos, charlas y espacios de homenaje abiertos a toda la comunidad.
Una fecha cargada de historia
El 19 de junio de 1982 marcó un momento único en la historia de Puerto Madryn. Ese día, el buque británico Canberra desembarcó a cientos de soldados argentinos recién liberados tras el conflicto bélico en el Atlántico Sur. La comunidad respondió con una muestra espontánea de solidaridad: la población salió a la calle a recibir a los combatientes y vació las panaderías para ofrecerles algo tan simple y esencial como un pedazo de pan. Desde entonces, ese día es recordado como una de las expresiones más genuinas de unión y empatía popular.
A más de cuatro décadas de aquel hecho, la presencia del Irízar en el puerto vuelve a conectar a la ciudad con su historia, no solo como acto simbólico, sino también como ejercicio de memoria activa. “Es una oportunidad para que los más jóvenes entiendan lo que significó ese momento y el valor que tiene hoy seguir hablando de Malvinas”, subrayó Belmar.
Un encuentro con el presente y el pasado
La jornada del jueves combinará el orgullo naval, el recuerdo de la gesta de Malvinas y el homenaje a quienes dieron todo por la patria. La posibilidad de subir al rompehielos, recorrer sus instalaciones y conocer más sobre su misión en la Antártida y el Atlántico Sur, convierte esta visita en una propuesta educativa y patriótica a la vez.
Puerto Madryn, ciudad portuaria con identidad solidaria, volverá a vivir un momento cargado de emoción. Una vez más, como en 1982, el muelle será testigo de una historia que se resiste a caer en el olvido.