El diputado nacional por Unión por la Patria y exministro de Desarrollo Social analizó la situación económica actual, el impacto del ajuste, la baja en el consumo de leche y los riesgos de un deterioro profundo del tejido social. “Estamos ante una sociedad de dos velocidades”, sostuvo.
En una entrevista reciente, Daniel Arroyo, actual diputado nacional por la provincia de Buenos Aires (UxP) y exministro de Desarrollo Social, brindó un crudo diagnóstico sobre la situación económica y social que atraviesa la Argentina. Puso el foco en el creciente endeudamiento de las familias, la caída del consumo básico y la falta de respuestas estructurales por parte del gobierno nacional.
“Estamos ante una sociedad de dos velocidades. Por un lado, sectores que consumen —se ven autos, restaurantes llenos, viajes— pero por otro, llevamos 14 meses seguidos de caída en el consumo de leche. Eso es un indicador claro de empobrecimiento”, remarcó Arroyo, en diálogo con Federico Sánchez.
Endeudamiento y exclusión: un fenómeno silencioso
Uno de los datos que más inquieta al exfuncionario es el aumento de la morosidad con tarjetas de crédito, que según el Banco Central creció un 30% en los últimos meses. Para Arroyo, el reendeudamiento constante de los hogares —tomar préstamos para pagar deudas anteriores— es la verdadera señal de alarma.
“El fenómeno empieza por pagar el mínimo, después vas a la financiera de la esquina, después al prestamista, y el final muchas veces es el narcotráfico. Es una espiral que está afectando sobre todo a la clase media y a los sectores más vulnerables”, explicó.
En ese marco, destacó un reciente fallo judicial en favor de una jubilada que enfrentaba intereses del 500% anual con una financiera: “Eso muestra la dimensión del problema. Hay gente atrapada en una lógica usuraria que nadie regula”.
Críticas a la medición oficial de la pobreza
Consultado sobre los recientes datos del INDEC que muestran una baja en la pobreza y una leve mejora en la canasta básica, Arroyo reconoció la consistencia metodológica del organismo, pero advirtió sobre sus limitaciones.
“El INDEC mide igual hace 15 años y eso le da valor estadístico. Pero hay tres problemas: no contempla adecuadamente el costo de servicios básicos —luz, gas, agua—, ignora el gasto en alquiler, y subestima el impacto creciente de la salud, especialmente con el aumento del 2,7% en medicamentos”, detalló.
Arroyo sostuvo que la inflación bajó, pero que el costo de vida para las familias sigue siendo insostenible. “Si una madre deja de comprar leche, es porque antes dejó de comprar otras cosas básicas. Eso no lo refleja la estadística, pero es la realidad cotidiana”, subrayó.
“No hay que pelearse con los datos, pero hay que entenderlos”
El legislador también respondió al discurso oficial que celebra la reducción de la pobreza respecto a los últimos meses del gobierno de Alberto Fernández. “Cuando se dice que se sacaron millones de personas de la pobreza, eso es un efecto estadístico. La persona no lo percibe. Su vida sigue igual de complicada antes o después de la medición”, argumentó.
Arroyo no esquivó la autocrítica: “El gran error del gobierno anterior fue no tener un plan antiinflacionario. La salida de la pandemia requería una estrategia clara, y eso faltó. Pero el experimento actual es lo contrario: eliminar el Estado y dejar todo al mercado. Eso no lo hizo ni Trump, ni Bolsonaro, ni Meloni”, advirtió.
Implosión social y el riesgo de la violencia cotidiana
“Hoy hay una implosión social. La gente revienta para adentro. Está endeudada, no llega a fin de mes, se frustra. Hay una tensión latente que puede estallar en cualquier momento. Por eso, incluso desde la oposición, hay que serenar, no encender la mecha”, concluyó Arroyo.