En las recientes elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la participación electoral alcanzó apenas el 53%, la cifra más baja desde el retorno de la democracia. Este dato ha generado preocupación entre analistas políticos, quienes advierten que podría reflejar una tendencia creciente de desinterés ciudadano por la política.
El fenómeno no es exclusivo de CABA. En otras provincias argentinas también se han registrado niveles de participación por debajo del 60%, como en Chaco (52,1%), Salta (58,76%), San Luis (60,5%) y Jujuy (63%). En estos casos, los oficialismos lograron imponerse por amplias diferencias, pero la baja concurrencia a las urnas plantea interrogantes sobre el compromiso cívico y la representatividad política.
Consultores políticos como Elbio Rodríguez y Martha Reale han señalado que la falta de motivación frente a la oferta electoral, la crisis de representación partidaria y el desgaste generalizado son factores que contribuyen a la apatía electoral. Rodríguez destaca que “votó un 23% menos que en 2023”, lo que indica una pérdida de interés y confianza en el sistema político. Por su parte, Reale enfatiza que “la crisis de representación sigue vigente” y que los oficialismos terminan capitalizando porque pueden poner en juego su aparato.
En este contexto, la pregunta que surge es: ¿qué sucederá en Mendoza? Aunque aún no se ha definido la fecha de las próximas elecciones legislativas provinciales, los analistas temen que la apatía electoral también se manifieste en esta provincia. Si bien en 2023 la participación fue del 68,33%, la tendencia a la baja observada en otras jurisdicciones podría replicarse en Mendoza.
La baja participación electoral no solo refleja desinterés, sino también una oportunidad para que las fuerzas políticas reflexionen sobre sus estrategias y renueven su vínculo con la ciudadanía. Es esencial que se promueva una política más inclusiva y representativa, que recupere la confianza de los votantes y fomente una participación activa en la democracia.
La baja participación electoral en la Ciudad de Buenos Aires podría no ser un fenómeno aislado, sino una señal de un desinterés generalizado por la política. Es fundamental que los partidos políticos y las instituciones trabajen para revertir esta tendencia y fortalecer la democracia a través de una mayor participación ciudadana.
Fuente: Los Andes