El intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, lanzó una fuerte advertencia sobre la grave crisis que atraviesa la industria pesquera en la región. Con trabajadores desempleados, barcos amarrados y empresarios que se niegan a salir a pescar por la baja rentabilidad del langostino, el jefe comunal pidió una mesa de diálogo inmediata entre todos los sectores involucrados y criticó la pasividad del Gobierno nacional.
“Estamos al borde de que termine la temporada sin que los barcos hayan salido al mar. Mientras tanto, hay familias enteras buscando cómo sobrevivir sin poder ejercer su oficio”, declaró Sastre en diálogo con la prensa.
Un sector paralizado por los costos y la falta de mercado
Desde hace más de dos meses, los barcos langostineros permanecen en puerto. Los armadores aseguran que no pueden cubrir los costos de producción con el precio actual del langostino, que cayó drásticamente en los mercados internacionales. Mientras tanto, los marineros, representados por el SOMU y otros gremios, reclaman poder volver a trabajar, ya que el sistema de pagos por producción los deja sin ingresos al no haber actividad.
Sastre reconoció que, si bien la Municipalidad no tiene injerencia directa en el conflicto, decidió involucrarse para mediar y buscar una salida. “Me ofrecí a formar parte de una mesa de diálogo entre empresarios, trabajadores, Provincia y Nación. No podemos seguir dilatando esto”, expresó.
Consecuencias sociales inmediatas
El intendente también resaltó el impacto directo en la economía local que tiene la pesca, una de las principales industrias de Madryn. “Cuando los marineros trabajan, se nota enseguida en el comercio, en la construcción, en el consumo diario. Hoy no hay plata en la calle, y eso se siente en toda la ciudad”, afirmó.
“Puerto Madryn tiene una economía diversificada, pero ninguna actividad impacta tan fuerte como la pesca en la vida cotidiana de los vecinos”, insistió Sastre, al referirse a la importancia del sector en la estructura económica y social de la región.
Críticas al Gobierno Nacional y advertencia sobre el futuro
Sastre también apuntó contra el Gobierno Nacional, al que acusó de inacción y desinterés ante la problemática del sector pesquero. “Ya lo vimos con Tierra del Fuego. Ahora nos está pasando a nosotros. Hay una mirada fría y puramente económica que no considera el daño social que están generando estas políticas”, declaró.
En ese sentido, alertó sobre el riesgo de que, ante la falta de resolución, el Gobierno nacional termine habilitando el ingreso de flotas extranjeras a aguas nacionales: “Si no nos ponemos de acuerdo entre argentinos, el riesgo es que terminen abriendo el mar a pesqueras chinas. Es algo que ya se viene planteando desde Nación, y lo están dejando servido en bandeja”, advirtió.
El langostino, sin mercado
Otro punto que agrava la situación es que las plantas procesadoras aún tienen stock acumulado de la temporada pasada. Empresarios como Fernando Álvarez Castellano —uno de los principales referentes del sector— aseguran que solo lograron vender una mínima parte del producto, y a valores mucho menores a los esperados. “Pasamos de vender a 9 dólares a vender a 6”, dijeron desde el sector privado, lo que vuelve inviable salir a capturar más.
“El empresario que tiene la cámara llena no va a comprar más langostino, por lo tanto no tiene sentido salir a pescar. Así el ciclo productivo se rompe y los perjudicados son los de siempre: los trabajadores”, expresó Sastre.
Un conflicto que podría repetirse en aguas provinciales
Por ahora, la actividad de pesca de calamar ha sostenido parte del movimiento portuario, pero Sastre teme que esta crisis se replique cuando se habilite la temporada de langostino en aguas provinciales, donde operan barcos más pequeños. “Si el empresario no puede vender lo que ya tiene, tampoco va a comprar lo nuevo. Entonces, no va a haber a quién venderle, y el conflicto se va a trasladar también a esa flota”, alertó.
Gustavo Sastre dejó en claro que el tiempo se agota. Con la temporada de pesca próxima a terminar, urge una solución que contemple tanto la viabilidad económica del sector como la contención social de los trabajadores.
“Ya hablé con el Gobernador y con el Secretario de Pesca. Todos estamos buscando una salida. Pero la única solución real es que los barcos vuelvan al mar. Sin eso, la situación solo va a empeorar”, concluyó el intendente.