En el marco de la primera reunión anual del Consejo Federal de Drogas (Cofedro), realizada recientemente en Buenos Aires, representantes de las 24 jurisdicciones del país se encontraron para compartir diagnósticos y delinear políticas públicas en materia de prevención y tratamiento de adicciones. En representación de Chubut, participó Valeria Nazar, directora provincial de Prevención y Asistencia a las Adicciones y delegada ante el Cofedro, quien destacó las particularidades del abordaje en la provincia.
En diálogo con la prensa, Nazar explicó que Chubut viene desarrollando una estrategia territorial que abarca sus cinco hospitales de cabecera —ubicados en Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn, Trelew, Rawson y Esquel—, además de hospitales rurales en localidades pequeñas y de difícil acceso. “Cada localidad tiene sus propias particularidades, tanto sociales como geográficas. Esto nos obliga a pensar estrategias diferenciadas, especialmente en una provincia extensa y con climas extremos”, indicó.
Alcohol y tabaco, las sustancias más consumidas
Según los datos compartidos por Nazar, las sustancias más consumidas en Chubut siguen siendo el alcohol y el tabaco. La funcionaria advirtió que el consumo problemático de alcohol comienza en edades cada vez más tempranas, especialmente en parajes rurales. “Nuestra zona roja está en la meseta central y el sur provincial, en localidades como Río Mayo, Sarmiento y Gobernador Costa, donde el acceso al alcohol es más fácil y donde existen menos propuestas recreativas o de contención social para los jóvenes”, señaló.
Aunque el fenómeno de las apuestas digitales y el uso de plataformas de juego en adolescentes es una preocupación creciente a nivel nacional, Nazar aclaró que, en Chubut, aún no se registran cifras alarmantes. “Lo vemos como una conducta emergente. Por eso ya comenzamos a trabajar en prevención desde las escuelas y en espacios donde circulan los adolescentes, para evitar que derive en problemáticas más serias como la ludopatía”.
Una problemática de salud mental
Nazar también insistió en que el consumo problemático de sustancias debe entenderse como una cuestión de salud mental. “Afecta la vida cotidiana, las relaciones familiares, el rendimiento escolar o laboral, y la conexión de la persona con sus intereses”, explicó. Añadió que tanto en las grandes ciudades como en los pueblos pequeños, la adicción se manifiesta de forma similar a nivel individual; lo que cambia es el entorno, el acceso al consumo y la red de apoyo disponible.
Sin apoyo presupuestario nacional
Una de las cuestiones más sensibles abordadas fue el financiamiento de las políticas públicas en materia de adicciones. Nazar señaló que actualmente la provincia no recibe fondos nacionales para estos programas, por lo que toda la estructura preventiva y asistencial es sostenida por el presupuesto provincial. “Garantizamos el acceso al tratamiento en todos los niveles de complejidad, incluso en hospitales rurales, pero sin apoyo económico de Nación. En otros años sí hubo programas federales que nos ayudaban, por ejemplo, con capacitación laboral para adolescentes, algo muy útil en localidades con pocas oportunidades”.
A pesar de estas limitaciones, Nazar se mostró comprometida con continuar fortaleciendo las acciones de prevención y asistencia. “La salud mental es una prioridad para nosotros, sobre todo desde la pandemia, que dejó secuelas profundas. Pero siempre es bienvenida la colaboración de Nación para llegar a más lugares y con más herramientas”, concluyó.