Jóvenes soldados argentinos posando en la misma
Avenida que ilustra el mural de Puerto Madryn
Mural “Identidad, Soberanía y Malvinas”, Puerto
Madryn
Puerto Madryn nos invita a reflexionar desde un lugar de enunciación puramente patagónico, pues
histórica y geográficamente es un territorio nacional ocupado por una potencia colonialista. En ese
sentido se realizó el mural para que Puerto Argentino pueda permear sensitivamente como un
lugar donde viven personas que enfrentan las mismas dificultades que cualquier habitante de
Patagonia. El mural pretende establecer conexiones y derrumbar murallas, con la finalidad de
establecer una suerte de puente entre lo que nos une como ciudadanos patagónicos. Para
aquellos que no visitamos las islas, pero que conocemos el suelo patagónico, se pueden observar
similitudes: el viento, costas abruptas, pingüinos, barcos que surcan la rada. Desde SITRAED
insistimos en que los vínculos, humanos, culturales e históricos puedan dar una nueva textura al
reclamo de la soberanía.
La nota del diario Perfil del 21/02/2024, dejó en claro el manejo de las relaciones internacionales
con un tema sensible como Malvinas el titular comenta: “La ambigua posición del gobierno de Milei
sobre Malvinas: ¿Falta de estrategia o “ignorancia”?” En el subtítulo se refuerza la idea de la
diletancia del gobierno ante este tipo de cuestiones: “La demora en la respuesta del gobierno
nacional ante la visita del canciller británico a Malvinas abrió un interrogante sobre su postura
frente al histórico reclamo de soberanía. La proyección con Julio Argentino Roca, el traspié de
Mondino y un comunicado hipócrita”. El actual posicionamiento político del gobierno nos retrotrae
a casi dos siglos atrás. La historia nos sirve como herramienta para comprender el presente.
Un poco de historia
Desde la toma militar británica en la mitad el siglo XIX hasta mediados del siglo XX, con diferentes
grados de intensidad, los gobiernos nacionales han protestado frente a la corona británica sin
éxito. Entre 1833 y 1908 el gobierno argentino efectuó catorce protestas oficiales. En esos tiempos
históricos, las protestas diplomáticas, se vuelven aún más complejas cuando el ascenso del estado
nación argentino está estrechamente vinculado a un crecimiento económico como apéndice de
Gran Bretaña. Tulio Halperin Donghi denominó a este periodo el “traspaso del orden colonial al
orden neocolonial”. De esta manera se hace muy difícil comprender los reclamos por la soberanía
de las islas mientras Argentina seguía buscando asesoramiento de expertos en economía en Gran
Bretaña (HALPERIN DONGHI, 1998, 301). En Argentina la década del treinta y cuarenta significaron
un cambio en el sistema de ideas acerca de la cuestión Malvinas. El tema comenzó a tener
circulación no sólo en ámbitos diplomáticos, intelectuales; también la educación pública se hizo
eco de la situación. De esta manera en su conjunto, la sociedad por medio de la educación, la
historia y la geografía, construyó un sentido común basado en la ilegitimad de la ocupación
imperialista del archipiélago. Generaciones de argentinos y argentinas recibieron, desde diversos
ámbitos comunicativos esta narrativa de fervoroso nacionalismo, en donde Malvinas se convirtió
en un deseo imaginario de esa “hermana perdida” que en algún momento había que recuperar.
Luego de la culminación de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el mundo se configuró en el
marco de la Guerra Fría. En este contexto histórico y diplomático a finales de 1960, en el marco de
la Asamblea General de las Naciones Unidas se aprueban las Resoluciones 1514 y 2065 que, por
Malvinas y la disputa diplomática: La actual administración del Estado busca retornar la
discusión bajo términos neocoloniales del Siglo XIX
primera vez en un foro internacional, reconocía una disputa territorial e invitaba a las dos
naciones a negociar para encontrar una solución pacífica al problema.
La ONU, organizó un “Comité especial de Descolonización”. En este cuadro, la diplomacia argentina
consiguió que la cuestión Malvinas sea inscripta como un problema a resolver en el contexto del
amplio proceso de descolonización abierto por la independencia de los países asiáticos y
africanos. En ese sentido: ¿De qué modo Malvinas fue incorporado por Naciones Unidas como un
territorio a descolonizar? En diciembre de 1960 la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó la Resolución 1514 (XV), titulada como la “Declaración sobre la concesión de la
independencia a los países y pueblos coloniales”. Allí proclamó “la necesidad de poner fin, rápida e
incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones(..) Creyendo que el
proceso de liberación es irresistible e irreversible (..) proclama solemnemente la necesidad de poner
fin rápida e incondicionalmente al colonialismo”. Para esto consagró dos principios fundamentales
que debían guiar la descolonización:
1. El principio de libre determinación: “Todos los pueblos tienen derechos de libre determinación; en
virtud de este derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su
desarrollo económico y cultural”.
2. Principio de integridad territorial: “A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacífica
y libremente su derecho la independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda
medida represiva de cualquier índole dirigida a ello y deberá respetarse la integridad de su
territorio nacional”.
Después de siglos de luchas diplomáticas el gobierno de Javier Milei salió a desmarcase de la
situación. No se sabe si por “falta de estrategia o ignorancia” tal lo dice la columna de Perfil. A
esta situación se le suma una preocupación nueva por estas horas es el anuncio de la construcción
de un mega puerto en Malvinas, que será un paso clave para el tránsito de grandes embarcaciones
hacia la Antártida. Como si fuera poco el gobierno suspendió el tradicional desfile de los
veteranos. Si, en el país de la soja, el litio, el petróleo “no hay plata” para homenajear a aquellos
que dieron la vida por la patria.
¿Cómo nos relacionamos con Malvinas para recuperarlas pacíficamente?
