Madryn

De juras y ¿renovaciones?

Nuestra provincia sabe de asunciones multitudinarias, de esas que muestran el acompañamiento del pueblo y reafirman el poder a través de banderas, del ruido de bombos y de voces que gritan manifestando apoyo militante. Chubut sabe de que se trata tener referentes políticos sólidos, capaces de modificar realmente la realidad de los chubutenses. En contraste, hemos sido testigos de la jura de un “no político”, de un “no líder”, de un “no nada” pero, en definitiva, de nuestro gobernador.

Mariano Arcioni, gobernador que se encontraba en funciones por reemplazo del fallecido Mario Das Neves, y ganador de la última contienda electoral, parece haber asumido con una base sólida de votos, generada por él mismo y que no deriva de ningún padrino político. Pero sólo parece, porque en realidad ese porcentaje se logró en base a la irresponsabilidad política y fiscal, que ha sido el detonante que hizo estallar la crisis en nuestra provincia.

Fiel a su estilo, y como surfeó durante todo este tiempo, presenciamos un discurso que relataba la realidad de otra provincia, una concepción paralela de desarrollo y progreso que nadie ve. Dando números del dinero destinado a distintos fines que podrían engañar a cualquier desprevenido, pero son valores poco significativos para una provincia como la nuestra. Mientras tanto, los trabajadores no conocen a ciencia cierta si cobrarán o no el aguinaldo, o peor, si hay certeza de cobrar la totalidad de los sueldos. Mientras tanto, la deuda provincial es un monstruo que se devora la posibilidad de salir adelante o como dijo Arcioni “Poner a Chubut de pie”, adoptando una frase de su nuevo referente político nacional Alberto Fernández. Mientras tanto, no se han adoptado políticas estratégicas para la gestión de la crisis, sólo ha intentado llegar a diciembre, entendiendo que se renovarían las fuerzas y este sería efectivamente “su gobierno”. Mientras tanto…

En el discurso también hubo espacios para los agradecimientos a sindicalistas cuestionables y para atacar la lucha docente y de los trabajadores del estado. Discurso observado de forma atenta, pero desde las sillas del fondo por el nuevo flamante Ministro de Seguridad, Federico Massoni, que vuelve a ponerse en el centro de la escena, luego de una intempestiva salida y en un intento de Arcioni de garantizarse estabilidad en medio de tanta turbulencia. Ministerio creado a través de una ley que no hizo más que agrandar el Estado, no atendiendo a lo que el contexto señala.

Los diputados recién asumidos, también miraban atentos y escuchaban las palabras del gobernador, la oposición de Juntos por el Cambio, observaban y tomaban distancia de lo que se decía tanto con su gestualidad como con su no aplauso en muchas oportunidades ¿marcando el estilo de oposición? O ¿será que como muchos chubutenses no fueron capaces de creer las vacías palabras del mandatario? El resto de los diputados aplaudía, apoyaba, acompañaba párrafos vacíos, con frases armadas y que apelaron a la fantasía irreal de una provincia ideal.

De este panorama también participa un referente político con una imagen fresca, positiva y que se renueva todo el tiempo. Estamos hablando de Ricardo Sastre, vicegobernador de la Provincia del Chubut, quien dio su primera sorpresa frente a todo el recinto, respondiendo ante un pedido de uno de los diputados diciendo “Okey”. Esa nimiedad no es otra cosa más que la demostración de un referente que conserva solidez y es, quizás, la carta que tiene que jugar Arcioni para oxigenarse e intentar gobernar.

¿Podrá Arcioni contrapesar lo que implica Sastre en el gobierno? ¿Podremos ser un motor económico para el país con el nivel de endeudamiento que tenemos y sin un plan estratégico

diseñado? Por que, no está mal recordar, que luego de la jura y la “fiesta”, la crisis continua y los chubutenses están sufriendo las consecuencias.

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